Capítulo III Me quedé con la mirada fija en el suelo e intenté pensar un momento. A ver, estaba en el baño, iba a ducharme, ¿qué había hecho justo antes de encontrarme allí? La sentí en la mano, la moneda, tenía el puño cerrado alrededor de la moneda. Me la metí en el bolsillo. La gente caminaba tranquilamente, parecía un día cualquiera en cualquier lugar del mundo pero… ¿en qué lugar? Debería preguntarle a alguien. Sí, claro: “Oiga, perdone, ¿dónde estamos?” Uff, no podía hacer eso. Sin embargo, eso no era todo, algo era diferente. Los edificios me resultaban extraños, nunca había visto arquitectura de ese tipo; y la gente, la ropa que llevaba también era rara. No había bullicio (16) , ¿no hablaba la gente? Sí, sí hablaban, pero muy bajito. ¿Y los coches? ¡No había! A punto estuve de ponerme a gritar, me estaba agobiando (17) mucho, muchísimo. Me puse a caminar, no iba a quedarme parada en mitad de la calle. Vi a varias personas agrupadas en una esquina, pasé por su lado y me di cu...